Matrimonio irakí: «Los desafíos son todavía muchos: secuestros, bombardeos, robos y terror»

Los esposos irakíes y auditores en el Sínodo de la Familia que se realiza en Roma, Suhaila Salim Toma y Wisam Marqus Odeesho, que están comprometidos en la pastoral familiar de la parroquia de San Jorge, en Bagdad,  aseguraron que estos desafíos "fortalecen la fe de las familias, que han perdido todo, pero que han comenzado a conocer en mayor profundidad al Señor Jesús" y que las familias piden a los padres sinodales "acciones y oraciones, pero al mismo tiempo reafirman su voluntad de continuar testimoniando a Cristo pese a todo".

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Asia News.

HABLARON A LOS PADRES SINODALES.

Foto: Osservatore Romano.

Los esposos irakíes y auditores en el Sínodo de la Familia que se realiza en Roma​, Suhaila Salim Toma y Wisam Marqus Odeesho, que están comprometidos en la pastoral familiar de la parroquia de San Jorge, en Bagdad, recordaron, durante el testimonio que brindaron a los padres sinodales, que "los desafíos son todavía muchos: secuestros, bombardeos, robos y terror" perpetrado por el Estado Islámico.

El matrimonio Odeesho aseguró que estos desafíos "fortalecen la fe de las familias, que han perdido todo, pero que han comenzado a conocer en mayor profundidad al Señor Jesús" y que las familias piden a los padres sinodales "acciones y oraciones, pero al mismo tiempo reafirman su voluntad de continuar testimoniando a Cristo pese a todo". "Nosotros somos una de las familias cristianas que vive en Bagdad desde los años Sesenta del siglo pasado. Hemos crecido y estudiado en las escuelas y en las universidades de esa ciudad con nuestros hermanos en la familia humana, en una patria que profesa muchas religiones. Hemos incluso participado en la defensa de nuestra nación en los períodos de adversidad, y hemos dado cientos de mártires. Hemos sido sorprendidos por el terrible ataque cometido por el Estado Islámico que ha golpeado a todo el pueblo iraquí y también a la presencia cristiana en la Nación. Así, en cuestión de una noche, los cristianos de la Llanura de Nínive se han encontrado en la calle, fueron forzados a dejar casas, trabajos, recuerdos, propiedades, escuelas…Simplemente todo", sostuvieron. 

"Habiendo perdido todas las garantías, la nueva experiencia de vida ha sido muy dura. Tan sólo las palabras de Nuestro Señor Jesús en el Evangelio de Mateo 'Felices quienes son perseguidos a causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los Cielos' nos consuelan y curan nuestras heridas. Hemos comenzado a escuchar los testimonios de algunas familias de desplazados, que nos han contado su experiencia, diciendo: 'No obstante los sufrimientos y las dificultades por el hecho de ser desplazados, nos hemos vuelto a encontrar más cerca de la Iglesia, que tanto nos ha ayudado. Y cuando comenzamos a sentir que nuestra fe se ha vuelto más fuerte y madura, hemos comenzado a compartir las actividades espirituales'. Hoy los desafíos son todavía muchos: secuestros, bombardeos, robos y el terror. Pero no obstante esta situación, hay muchas familias que guardan un compromiso con su tierra y con su Iglesia, que testimonian su fe, siendo que han comprendido que esta persecución portará un gran bien a la Iglesia de Cristo, de la misma manera que ocurrió en sus comienzos, cuando las persecuciones ayudaron a la difusión de la Buena Noticia", aseveraron Suhaila Salim Toma y Wisam Marqus Odeesho.