Cardenal Burke: «A quienes defendemos lo que la Iglesia siempre enseñó y practicó se nos está denominando como enemigos del Papa»
El prefecto emérito del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, Raymond Burke, lamentó que a quienes defienden como él lo que "la Iglesia siempre enseñó y practicó" se los denomine como enemigos de Francisco. "Soy totalmente fiel al Santo Padre, estoy a su servicio, y la mejor manera en la que puedo servirle es defendiendo la enseñanza y la práctica de la Iglesia", afirmó el prelado estadounidense.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Religión en Libertad.
"EL DIABLO CONTINÚA CREANDO CONFUSIÓN".
El cardenal y prefecto emérito del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, Raymond Burke, lamentó que a quienes defienden como él lo que "la Iglesia siempre enseñó y practicó" se los denomine como "enemigos del Papa". Por oponerse a la tesis del cardenal Walter Kasper, en virtud de la cual se permitiría dar la comunión a personas divorciadas en nueva unión, acusaron al prelado estadounidense de estar en contra de Francisco.
"Es absurdo. A quienes defendemos lo que la Iglesia siempre enseñó y practicó se nos está denominando como enemigos del Papa. Yo soy totalmente fiel al Santo Padre, estoy a su servicio, y la mejor manera en la que puedo servirle es defendiendo la enseñanza y la práctica de la Iglesia. Es falso llamar enemigos del Papa a quienes defienden la enseñanza y la práctica de la Iglesia. Es una especia de herramienta del diablo para continuar creando esta confusión", aseveró Burke.Además, el prelado reiteró que no es posible permitir la comunión sacramental a quienes se encuentran unidos en matrimonio y están en nueva unión, porque viven públicamente el adulterio. "Sería un acto directamente contrario a la palabra de Cristo, quien dijo en el Evangelio que quien se divorcie de su esposa y se case con otra comete adulterio. Y está claro que los discípulos comprendieron la seriedad de lo que decía el Señor porque respondieron: si es así, quizá sea mejor no contraer matrimonio. Y el Señor respondió asegurándoles que Dios da la gracia para vivir en fidelidad a quien Él llama al matrimonio. Así que eso, básicamente, sería introducir en la vida de la Iglesia un elemento que llevaría a la destrucción de la familia y al daño más serio para la Iglesia, porque la familia es la primera célula de la vida de la Iglesia", argumentó.