Arzobispo de Chile: «La Iglesia seguirá acompañando a los trabajadores»

El arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, aseguró que la Iglesia seguirá acompañando a los más de 70 mineros de Curanilahue, que vivieron durante 14 semanas en el interior del yacimiento Santa Ana, en Bio-Bío, para exigir el pago de sueldos adeudados. "Los mineros pidieron que fuese garante de la firma de acuerdo, para asegurar que se cumpla lo que el Gobierno ha prometido. Estas personas, que yo no sé cuál es su confesión religiosa, confían en la Iglesia, creen en nosotros", sostuvo Chomali, que días atrás acompañó a los trabajadores en la mina.

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Conferencia Episcopal de Chile.

TRAS LA PROTESTA DE MINEROS A 700 METROS BAJO TIERRA.

El arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, aseguró que la Iglesia seguirá acompañando a los más de 70 mineros de Curanilahue, que vivieron durante 14 semanas al interior del yacimiento Santa Ana, a 700 metros bajo tierra, ubicada en la región del Bio-Bío, para exigir el pago de sueldos adeudados desde julio por parte de la empresa SW Curanilahue SA. El 25 de agosto pasado, los trabajadores suspendieron la huelga luego de llegar a un acuerdo con el gobierno, luego de que el prelado fuera garante del convenio.

"Los mineros fueron a conversar conmigo y pidieron nuestros oficios para ayudar a sacarlos del interior. Los visité y gestioné con los dueños y nos fue mal. Estoy preocupado, porque en Chile hay una total impunidad respecto a las personas que tienen empresas, porque le sacan la mayor riqueza que pueden y después abandonan a sus trabajadores. Eso demuestra la fragilidad del Estado y sobre todo la precariedad con la cual trabajan muchos chilenos. Estando allá abajo, uno ve que éste sea un país desarrollado, en las condiciones laborales. En segundo lugar, decir que el Estado generó una instancia paliativa frente a la indolencia de quienes tienen la responsabilidad respecto de sus trabajadores", afirmó Chomali.

El prelado, que estuvo presente en la mina, recordó que los trabajadores a pocos días de iniciarse la movilización acudieron a la Iglesia. "Me emocionó que los mineros hayan pedido que yo fuese garante de la firma de acuerdo, para asegurar que se cumpla lo que el Gobierno ha prometido. Tengo que destacar que estas personas, que yo no sé cuál es su confesión religiosa, confían en la Iglesia, creen en nosotros y, eso, a mí me obliga a seguir trabajando por las personas que se sienten vulneradas en sus derechos. No se puede tratar a las personas como cosas, y tenemos que ser tremendamente responsables y saber que todos, con nuestros actos, contribuimos positivamente o negativamente en la construcción del país. Digo responsablemente que los dueños de la empresa minera Santa Ana han desprestigiado a los empresarios y han dado una mala impresión respecto de la gran labor que tiene el empresariado en Chile", aseveró.