Arzobispo Castagna recuerda que el proyecto de Jesús «no es político, ni ideológico»
El arzobispo emérito de Corrientes, Domingo Salvador Castagna, afirmó que Jesús es "la gracia que Dios ofrece para dar vida y autenticidad a los esfuerzos -de los mejores estadistas - orientados a proyectar debidamente el orden político y social". "Cristo suministra la gracia de la fidelidad para ejecutar el bien y llegar a la verdad. Sin su auxilio, la inclinación al mal y al error prevalecerá sin remedio", aseguró el prelado.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: AICA.
"CRISTO ORDENA INTERIORMENTE A TODO HOMBRE Y MUJER".
El arzobispo emérito de Corrientes, Domingo Salvador Castagna, recordó que el proyecto de Jesús "no es un proyecto político, ni una ideología", durante su homilía el 16 de agosto pasado. Afirmó que la gracia redentora de Cristo "influye en el mundo real y lo orienta a su destino perdido por causa del pecado".
"La presencia de Jesucristo glorificado, entre los miembros de una comunidad, si es acogido dócilmente, producirá el enfoque de un nuevo orden: el que corresponde a la Redención. No es un proyecto político, ni una ideología. Cristo es la gracia que Dios ofrece para dar vida y autenticidad a los esfuerzos -de los mejores estadistas – orientados a proyectar debidamente el orden político y social. ", reflexionó el prelado, tras asegurar que el mal es el "origen de la violencia siempre injusta del maltrato a los inocentes y de las múltiples tragedias que sacuden la historia contemporánea".
Castagna aseguró que "Cristo ordena interiormente a todo hombre y mujer, los educa para la obediencia a la voluntad del Padre". "Cristo, presente en los signos temporales mencionados, suministra la gracia de la fidelidad para ejecutar el bien y llegar a la verdad. Sin su auxilio, la inclinación al mal y al error prevalecerá sin remedio. Lo podemos comprobar a diario, en expresiones corrientes y de aparente intrascendencia. Toda opción por el mal, por mínima que parezca, afecta a los demás y enrarece la vida social. En cambio, la Vida, que procede de Cristo resucitado, cura la libertad del hombre y le otorga la capacidad de corregir la opción que lo inclina hoy al mal y al error", aseveró.