Obispos en Canadá piden defender la dignidad humana ante reglamentación de suicidio asistido y eutanasia
Los obispos de Saskatchewan, Canadá aseveraron que "eufemismos como 'ayuda médica en la muerte', 'muerte asistida' y 'morir con dignidad' intentan ocultar el hecho de que la eutanasia es quitar deliberadamente la vida a alguien y que el suicidio asistido provee intencionalmente a alguien el conocimiento o los medios para completar el suicidio".
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Gaudium Press.
"ELIMINAR UNA VIDA NO ES LA RESPUESTA APROPIADA AL SUFRIMIENTO".
![](http://archivo-2015-2020.verdadenlibertad.com/wp-content/imgs-post/img_gr/1221_1024.jpg)
Daniel Bohan, arzobispo de Regina, la capital de la provincia de Saskatchewan, Canadá.
Los obispos de Saskatchewan, Canadá, pidieron a los fieles defender la dignidad humana en contra de la legalización de la eutanasia, a través de una Carta Pastoral, donde recordaron la reciente sentencia de la Corte Suprema del país que ordena al Parlamento su reglamentación del suicidio asistido y eutanasia, que afecta a los más vulnerables, especialmente los ancianos, moribundos y personas con discapacidades.
Los prelados animaron a participar en el debate público y aseguraron que "como seguidores de Jesucristo, también nosotros estamos llamados a servir a los vulnerables y a quienes no tienen voz, cuidando el bienestar integral de la persona". "Eufemismos como 'ayuda médica en la muerte', 'muerte asistida' y 'morir con dignidad' intentan ocultar el hecho de que la eutanasia es quitar deliberadamente la vida a alguien y que el suicidio asistido provee intencionalmente a alguien el conocimiento o los medios para completar el suicidio", alertaron.
"Eliminar una vida no es la respuesta apropiada al sufrimiento. Motivamos a los fieles católicos y a todos los canadienses a responder con valentía a los desafíos impuestos por el fallo de la Suprema Corte, levantando su voz en defensa de la vida y la dignidad humana de todas las personas, especialmente los más vulnerables. Como nos exhortó San Juan Pablo II, '¡No tengáis miedo!' ", aseveraron los obispos.