Francisco: «La señal de la Cruz nos recuerda que el Misterio de la Trinidad abraza nuestro ser y nuestra vida»
El Papa aseguró que todo, en la vida cristiana, gira alrededor de la trinidad y se cumple en orden a este misterio infinito.
Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Radio Vaticana.
EN LA SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD.
Francisco aseguró que "la señal de la Cruz nos recuerda que el Misterio de la Trinidad abraza nuestro ser y nuestra vida", en la reflexión previa a la oración del Ángelus en la Solemnidad de la Santísima Trinidad.
"La Trinidad es el fin último hacia el cual está orientada nuestra peregrinación terrenal. El camino de la vida cristiana es, en efecto, un camino esencialmente 'trinitario': el Espíritu Santo nos guía al conocimiento pleno de las enseñanzas de Cristo. Y también nos recuerda lo que Jesús nos ha enseñado. Su Evangelio; y Jesús, a su vez, ha venido al mundo para hacernos conocer al Padre, para guiarnos hacia Él, para reconciliarnos con Él. Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos pues, mantener siempre elevado el tono de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria nosotros existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados. Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", sostuvo el Papa.
El Pontífice que la Solemnidad litúrgica de la Santísima Trinidad "nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y vivir la comunión entre nosotros, sobre el modelo de esa comunión de Dios". "No estamos llamados a vivir 'los unos sin los otros, encima o contra los otros', sino 'los unos con los otros, por los otros y en los otros'. Ello significa acoger y testimoniar concordes la belleza del Evangelio; vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diversos carismas, bajo la guía de los Pastores. En una palabra, se nos encomienda la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar el esplendor de la Trinidad y de evangelizar, no sólo con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios, que habita en nosotros", afirmó.