Los linchamientos por supuestas blasfemias generan protestas en Afganistán

En Afganistán hay una grave falta de respeto de los derechos humanos del hombre y de las libertades fundamentales, mientras los derechos de las mujeres y de los niños son sistemáticamente violados. Cuenta con una Constitución rígidamente islámica, que prohíbe profesar una fe que no sea el islam y exhibir símbolos religiosos no islámicos. 

Autor: Jennifer Almendras. / Fuente: Vatican Insider.

DEBATE SOBRE LA LIBERTAD RELIGIOSA.

El linchamiento de una joven mujer musulmana acusada de blasfemia generó un profundo malestar. Se encienden las protestas y se abre un debate sobre la libertad religiosa en Afganistán. La muerte de Farkhunda generó en la sociedad afgana una protesta inesperada y significativa. Miles de personas, sobre todo mujeres, hicieron manifestaciones durante días en Kabul, con consignas contra la policía y contra el mulá. 

El 19 de marzo pasado, Farkhunda, de 28 años, fue linchada por una multitud feroz que la acusó injustamente de haber quemado algunas páginas de El Corán. Farkhunda, musulmana considerada blasfema, fue masacrada ante la indiferencia de la policía. Recibió golpes, patadas y fue lapidada. Después la arrastraron por la calle para llevarla al sitio en el que la quemaron. El engaño que llevó al linchamiento fue desenmascarado casi inmediatamente. El mismo ministro del Interior, Noor-ul-Haq Ulumi, reconoció la absoluta inocencia de Farkhunda, víctima de un mulá al que había denunciado, porque escribía falsos 'tawiz'. El 'tawiz' es un amuleto que contiene algunos versículos de El Corán, muy común en Afganistán, que protegería a quien lo lleva consigo. Aquel mulá se enfureció y agitó a una multitud para que la atacara.

Debido a que Afganistán cuenta con una Constitución rígidamente islámica, es imposible profesar una fe que no sea el islam y exhibir símbolos religiosos no islámicos. En el país hay una grave falta de respeto de los derechos humanos del hombre y de las libertades fundamentales, mientras los derechos de las mujeres y de los niños son sistemáticamente violados. La historia de Farkhunda es parecida a la de los cónyuges cristianos Shahzaz y Shama Masih, que fueron acusados de blasfemia, linchados y quemados vivos en Pakistán, en noviembre de 2014, en la ciudad de Kot Radha Kishan, en Punjab. Según los abogados cristianos, el proceso es un paso fundamental para demostrar que la justicia en Pakistán es igual para todos y no discrimina cuando las víctimas pertenecen a las minorías religiosas.